No fue hasta finales de diciembre que lo entendí. Me habló de sus ires y venires. De la clase de padecimientos y fortunas que tuvo que pasar para lograr en sí mismo un poco de dignidad en su vida.
Y entonces, fue cuando al advertirme de lo que vendría para mí, o algo así como te dejo la estafeta, para con ciertas personas.
De la proximidad de los años y la vejez, de los achaques, del cambio de mirada, de miles de ondas y detalles que me llegarán cuando cumpla 33.
La verdad, no sé como vendrá el futuro, pero eso si, cuando tenga arrugas y no pueda caminar igual, pues quiero decir al mundo: me vale, lo importante es como me sienta.
Para ello, me visualice y me dije, si envejeceré, que sea con harto honor y dignidad, no perdiendo la esencia.
Espero ser como esta dulce viejecita y demostrar el espíritu que saben no perderé.
Algo así como esta vez no será igual...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario