jueves, enero 15, 2009

Más que imagen

Hasta antes del 4 de noviembre del 2008, el presidente mexicano F. Calderón se había mantenido moderadamente bien con su imagen. Es decir, no tener ni pizca de parecido a su antecesor, que con cada comentario, chiflido, acción o demás, cometía error tras error ante la sociedad mexicana. O como se dice coloquialmente “regaba el tepache” por todos lados. Por tales razones, desde mi particular punto de vista, le costó casi una elección presidencial al PAN, pues la imagen de vamos a cambiar, se fue esfumando y se perdió la credibilidad y respeto que todo dirigente al salir la deja mínimamente parada.

¿Por qué digo lo anterior? Bueno, empecemos con las primeras fallas. Ir a un evento no como representante político, sino, como parte de una asociación religiosa, pero de forma implícita. Ah, cuidado con este mensaje, recuerden que la comunicación no sólo son palabras. Los responsables de la imagen de Calderón no tuvieron bien a elegir o escribir un buen discurso, que más que señalar que es libre el presidente de exponer sus inclinaciones, debe tener en mente que es el representante máximo del país, así que ojo, mucho ojo con las declaraciones de banqueta, confesionario o saludos.

Ayer atinaba bien a decir Granados Chapa que el evento estaría carente de publicidad de las televisoras porque no venía el Papa, pero, tenía entre sus miradas a proponer cuestiones políticas desde una perspectiva religiosa. Ups.

Dentro de las cuestiones que pienso son tremendamente preocupantes para la imagen de Calderón son las siguientes:

Resaltar su educación en escuelas católicas.
Mencionar la formación de sus hijos en dichas escuelas.
Indicar que el divorcio genera violencia, delitos, porque no hay valores familiares.
La ensalzar a la denominada familia tradicional.

Como la gran mayoría lo sabe, las escuelas católicas son en gran porcentaje privadas o de paga, así que estar en una de ellas, no es para cualquier hijo de vecino y menos los pobres, que ahora son (me agrego) más pobres.

¿Qué pasó con el sistema educativo del país? ¿será muy malo? Y ¿la afamada calidad? Ay, parece estamos frente a un gran paquete porque no están, como el presidente ayer decía, las “condiciones de seguridad económica, pública, social, jurídica, cultural y política, que hagan pleno su desarrollo”. Sino, vean el ejemplo de la Banda de la Flor, que muy unidos, con grandes valores, pero nomás para su organización, pero la justicia, bien gracias, la impunidad es la reina.

Y la parte del divorcio y la moralidad en un discurso es delicado tratarlo. Lo primero que hay que comprender es que la violencia-delincuencia va más allá de una buena familia. Si le sumamos que dichos valores están cambiando entre cada generación, no es tan fácil aventurarse a expresar públicamente ciertos comentarios sin dejar herir a otros grupos de la sociedad.

El problema además de los valores, está relacionado a la educación, la economía, el contexto social y cultural. Sino, ¿para qué tantas investigaciones gubernamentales y de organizaciones sociales? Además, faltaría entender el concepto de familia tradicional, que en mi postura, ya dista de serlo desde hace más de 40 años.

En fin, el equipo de imagen y/o comunicación social se aplica (hay que hacer relaciones públicas, no sólo caerle bien a los grupos religiosos, eh) o que alguien le ayude a evitar tropiezos lo más que se pueda de la figura presidencial.

(Paréntesis, según Wikipedia, la comunicación social es “un campo de estudio sociológico que explora especialmente aquello relacionado con la información, cómo esta es percibida, transmitida y entendida y su impacto social. Por esta razón, los estudios de comunicación social tienen mayor relación con lo político y lo social que los estudios de comunicación”).

Por cierto, algo más para la comunicación antisocial y gente interesada, las elecciones de gobernadores y demás pandilla son este año.

Juguemos a la casita…

Pueden consultar la nota en:

Herrera, C y Román, J. Resalta Calderón valores de “la familia tradicional”. Consultado el 15 de enero 2008, de: http://www.jornada.unam.mx/2009/01/15/index.php?section=politica&article=003n1pol

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